México, 3 nov (Prensa Latina) Unos cuatro mil migrantes de una decena de países persisten llegar a Ciudad de México para exponer a las autoridades nacionales su situación y demandas, anunciaron hoy voceros de la marcha.
Luis García Villagrán, director del Centro de Dignificación Humana, uno de los organismos promotores de la caminata, informó que ayer caminaron ocho horas consecutivas desde el municipio de Galeana, hasta la cabecera municipal de Pijijiapan, donde pernoctaron.
Dijo que el contingente se instaló en el domo de la unidad deportiva, donde el domingo fueron baleados 13 indocumentados, con saldo de un muerto y cuatro heridos al no parar el camión en el que viajaban cuando la Guardia Nacional le dio el alto.
Comentó que el pelotón de extranjeros avanza rápido, y pretende continuar el recorrido hacia Tonalá, Arriaga y, tentativamente, a Tuxtla Gutiérrez, la capital del estado.
Heyman Vázquez Medina, párroco de Huixtla, denunció que elementos de la Guardia Nacional y del Instituto Nacional de Migración (INM) amenazaron con detenerlo cuando transportaba a niños y mujeres hacia Pijijiapan.
Llevaba agua y medicamentos para los migrantes, y en el camino los repartí. Había muchos niños enfermos y les dije que se subieran a mi camioneta, pero como eran muchos, hice cuatro viajes.
Alguien de la Guardia Nacional que estaba allí me vio en el último traslado, a tres kilómetros de la entrada a Pijijiapan y atravesaron sus carros en la carretera y me rodearon los agentes de esa corporación y del INM, relató.
Expuso que, sin que se diera cuenta, los uniformados abrieron las puertas traseras de la cabina de su camioneta y sacaron a algunas personas, a quienes subieron a un autobús para regresarlas a Tapachula, pero otros indocumentados los obligaron a hacerlas descender.
Denunció que querían que bajara a toda la gente de su camioneta y les respondió que las llevaba al médico porque necesitaban atención. Dijo que en esa situación llamó a Irineo Mújica, director de Pueblos sin Fronteras, y llegó con otro grupo de migrantes para apoyarlos, y en la trifulca que se formó tuvieron que ceder.
Manifestó que los efectivos lo amenazaron y un funcionario del INM pidió a guardias nacionales llevarlo al agente del Ministerio Público de la localidad. No lo hicieron, pero tomaron el número de placas de su camioneta y le advirtieron que lo iban a remitir.
Lo de hoy: